10 ¡Porque tú, oh Dios! nos has probado Podemos leer, aunque tú, oh Dios! etc., y luego el pasaje viene como una calificación de lo que sucedió antes, y es presentado por el salmista para mejorar la bondad de Dios, quien los libró de tan graves calamidades. Pero hay otro objeto que considero que tiene en mente, y es el alivio del dolor del pueblo de Dios, al presentarles el consuelo sugerido por las palabras que siguen. Cuando nos visitan con aflicción, es de gran importancia que consideremos que proviene de Dios y que está expresamente destinado a nuestro bien. Es en referencia a esto que el salmista habla de que han sido probados y probados. Al mismo tiempo, mientras anuncia a Dios que está probando a sus hijos con el fin de purgar su pecado, ya que la escoria es expulsada de la plata por el fuego, también intima que esa prueba ha sido hecha con su paciencia. La figura implica que su libertad condicional había sido severa; porque la plata se echa repetidamente en el horno. Se expresan agradecidos con Dios, que, aunque se demostró con aflicción, no habían sido destruidos por ella; pero que su aflicción fue variada y muy severa, parece no solo por la metáfora, sino por todo el contexto, donde hablan de haber sido arrojados a la red, ser reducidos al estrecho, hombres sobre sus cabezas y ser traídos a través del naufragio y la conflagración. (477) La expresión, que impone una restricción [o cadena] sobre sus lomos, se introduce como más fuerte que la anterior. No era una red de hilo que había sido arrojada sobre ellos, sino que habían sido atados con grilletes duros e insolubles. La expresión que sigue se refiere a hombres que se tiranizaron vergonzosamente sobre ellos y los montaron como ganado. Por fuego y agua se entiende evidentemente aflicciones complicadas; y se insinúa que Dios había ejercido a su pueblo con toda forma de calamidad. Son los dos elementos que contribuyen más que ningún otro para sostener la vida humana, pero son igualmente poderosos para la destrucción de la misma. Es notable que el salmista habla de todas las crueldades que más injustamente habían sufrido de las manos de sus enemigos, como una imposición del castigo divino; y protegería al pueblo del Señor de imaginar que Dios ignoraba lo que habían soportado o que otras cosas lo distraían de prestarle atención. En su condición, como se describe aquí, tenemos la de la Iglesia generalmente representada ante nosotros; y esto, que cuando se somete a vicisitudes, y se expulsa del fuego al agua, por una sucesión de pruebas, por fin se puede sentir que no hay nada nuevo o extraño en el caso de que nos asuste con alarma. La palabra hebrea רויה, revayah, que he dado lugar fructífero, significa literalmente una tierra bien regada. Aquí se toma metafóricamente como una condición de prosperidad, representando al pueblo de Dios como llevado a un lugar agradable y fértil, donde abunda el pastoreo. La verdad transmitida es que Dios, aunque visita a sus hijos con castigos temporales de una descripción severa, finalmente los coronará de alegría y prosperidad. Es un error suponer que la alusión es enteramente a su asentamiento en la tierra de Canaán, (478) porque el salmo no se refiere simplemente a los problemas que sufrieron en el desierto, pero a toda la serie de angustias a las que fueron sometidos en los diferentes períodos de su historia.

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