1. Ven, alegrémonos delante de Jehová. Este salmo es adecuado para el sábado, cuando sabemos que las asambleas religiosas fueron convocadas más particularmente para adorar a Dios. No es a los individuos entre los piadosos a quienes exhorta a celebrar las alabanzas divinas en privado; él ordena que se ofrezcan en la reunión pública. Con esto demostró que la adoración externa de Dios consistía principalmente en el sacrificio de alabanza, y no en ceremonias de muertos. Él ordena prisa sobre ellos; por el cual podrían testificar su presteza en este servicio. Para la palabra hebrea קדם, kadam, en el segundo verso, que he traducido, vamos antes, etc., significa apresurarse. Los llama a acelerar a la presencia de Dios; y tal advertencia era necesaria, considerando cuán naturalmente atrasados ​​estamos cuando Dios nos llama al ejercicio de acción de gracias. Esta carga indirecta de indolencia en el ejercicio, el salmista vio que era necesario preferir contra el pueblo antiguo de Dios; y debemos ser conscientes de que hay tanta necesidad de un estímulo en nuestro propio caso, tan lleno como nuestros corazones con una ingratitud similar. Al llamarlos para que se presenten ante el rostro de Dios, usa un lenguaje que también era adecuado para aumentar el ardor de los fieles; nada es más agradable que ofrecer en la presencia de Dios un sacrificio tal como él declara que aceptará. Él virtualmente dice así, para evitar que supongan el servicio en vano, que Dios estuvo presente para presenciarlo. He mostrado en otra parte en qué sentido Dios estaba presente en el santuario.

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