Él confirma lo que ya dije: que los judíos serían victoriosos sobre todas las naciones. Aunque la Iglesia está luchando bajo la cruz, todavía triunfa sobre todos los malvados, en parte por la esperanza y en parte por el éxito actual; porque Dios lo sostiene maravillosamente y hace que los fieles posean sus almas con paciencia; y también los protege con su propio poder y los hace seguros en medio de todos los rugidos y la ira insaciable de sus enemigos. Desde entonces, Dios fortalece las mentes de su pueblo, y abriga en ellos la esperanza de salvación, y también los defiende de asaltos violentos, no es de extrañar que el Profeta testifique que la iglesia saldría victoriosa, pisoteando, como un gigante o un hombre fuerte, sus enemigos en el lodo.

Él da la razón, porque Jehová estará con ellos; y esto dijo, que podrían saber que nada en este caso sería suyo, sino que, por el contrario, podrían aprender a depender solo de la ayuda de Dios. Y explica esto aún más claramente al final del verso, diciendo: Avergonzados serán los jinetes a caballo; (119) es decir, su fuerza y ​​velour, su uso de armas y su habilidad para manejarlos, no les servirá de nada, porque el Señor se postrará, A pesar de su arrogancia y orgullo, todos esos hombres malvados que en su crueldad devoran a los fieles y piensan que tienen la fuerza más que suficiente para destruir a la Iglesia: el Señor hará que todas estas cosas pasen como la niebla.

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