Pero en cuanto a las funciones que por sí mismas honran a quienes las desempeñan, nada hay que añadir a este honor intrínseco. Se asemejan a las partes hermosas del cuerpo, que se dañarían si se cubrieran. Por transparente que sea el significado de esta parábola aplicado a la Iglesia, el apóstol no va más allá de la figura, como aún encontramos en lo que sigue.

verso 24b, 25 . “Pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honra a lo que le faltaba: 25. para que no haya desavenencia en el cuerpo; sino que todos los miembros tengan el mismo cuidado unos por otros.”

El δέ, pero me parece bien explicado por Holsten: “Pero en cuanto a este contraste que se encuentra con los ojos de los hombres, Dios le da la solución por el fin que Él tenía en vista al crearlo”. Dios ha mezclado en el cuerpo humano miembros débiles con fuertes, partes hermosas con otras que no lo son, para que estas últimas sean objeto de especial cuidado y atención por parte de los demás, y que así el cuerpo no presente el espectáculo de dos órdenes de miembros, el uno glorioso y el otro despreciable, lo que destruiría la armonía del conjunto e incluso menoscabaría el efecto favorable producido por el primero.

Dios ha logrado así que cada miembro se interese por la apariencia hermosa y honorable de todos los demás. El amor de su parte se convierte así en una cuestión de interés propio bien entendido. El singular σχίσμα, cisma , es ciertamente la lectura verdadera; se ha sustituido por el plural σχίσματα, cismas , porque se pensaba que se aludía aquí a las divisiones en la Iglesia de Corinto.

No debe existir el contraste entre las partes bella y fea, gloriosa y vil, en la obra maestra de la creación. El τὸ αὐτὸ μεριμνᾶν significa: tener un cuidado común, estar todos preocupados por un resultado. Este fin común es la belleza armoniosa del todo.

Al agregar ὑπὲρ ἀλλήλων, uno por otro , el apóstol quiere decir que todos deben velar por el honor de todos para la dignidad del todo. Aquellos miembros que son de por sí menos honorables resultan así ser objeto del especial interés de todos, para que se les procure la nobleza que naturalmente no tenían. Por este fin es que Dios ha establecido entre todos ellos una solidaridad tan estrecha. Y en verdad, como dice el siguiente verso, hay entre ellos una simpatía instintiva de satisfacción o de vergüenza que impulsa a cada uno a procurar el honor de todos.

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