NOTAS ADICIONALES DEL EDITOR AMERICANO.

vv. 45-53.

1. El resultado del milagro fue la producción de la fe deseada, no sólo en las hermanas y los discípulos, sino también en muchos de los judíos que habían venido a expresar su simpatía por María. Las estrictas reglas de construcción hacen que οἱ ἐλθόντες sea lo mismo que πολλοί, mientras que ᾿Ιουδαίων se refiere a todo el cuerpo generalmente llamado judío en este Evangelio. No hay ninguna objeción seria a este punto de vista de la sentencia.

Si se adopta, αὐτῶν puede referirse a ἐλθόντες (Meyer), o puede referirse a ᾿Ιουδαίων (Godet). Si, por el contrario, οἱ ἐλθόντες, por una irregularidad, toma el lugar de τῶν ἐλθόντων, el enunciado parecería corresponder mejor con lo que antecedentemente podríamos esperar como más probable. La declaración, en ese caso, es: Muchos de aquellos judíos de los que ya se ha dicho que venían a María creyeron, pero algunos de ellos (los que no creían) fueron y se lo dijeron a los fariseos. Esta explicación da un significado tan simple y natural que se recomienda a sí misma, si se puede suponer la sustitución del participio nominativo.

2. La dificultad que han encontrado algunos escritores en el hecho de que se habla de Caifás en Juan 11:49 como sumo sacerdote de ese año no tiene fundamento real. La declaración no se introduce con referencia a Caifás, sino a Jesús. El hombre que era sumo sacerdote en ese notable año en que Jesús murió, pronunció la profecía con respecto a Su muerte.

3. Se habla de la declaración de Caifás como una profecía. Esta es aparentemente una especie de expresión figurativa, por la cual el autor insinuaría, no que Caifás fue inspirado por Dios, sino que, en el plan providencial con respecto a Cristo, sucedió que se hizo una declaración que resultó ser profética del futuro inmediato, y fue hecho por la cabeza del sistema judío.

4. La condición precisa de las mentes del Sanedrín en este momento se exhibe de manera sorprendente en estos versículos. Se despertaron para ver que la política de inacción o demora ya no sería segura. La influencia de Jesús, que se hacía cada vez mayor rápidamente, probablemente aumentaría mucho con este notable milagro, y era necesaria una acción de su parte, o podría ser demasiado tarde. Era natural que el partido que favorecía medidas más vigorosas lograra ahora que el cuerpo se comprometiera y comenzara a trabajar más seria y resueltamente para llevar a cabo el asesinato de Jesús.

5. La comprensión de esta declaración profética fue dada a conocer al autor y a sus compañeros apóstoles, sin duda, por los acontecimientos que siguieron, y las palabras ocuparon su lugar en la línea del testimonio, el testimonio dado inconscientemente, en este caso, por un enemigo de Cristo y su obra futura.

6. Es notable que, mientras que la resurrección de Lázaro se presenta en este capítulo como incitando a las autoridades judías a tomar medidas más activas y decisivas, no se menciona más adelante como un elemento de la acusación hecha contra Él en Su juicio. Este hecho, del que se ha dicho que se opone a la realidad del acontecimiento ya la veracidad de la historia, parece indicar, por otra parte, la relación exacta que tuvo el acontecimiento con el fin.

Excitó a los enemigos a la acción, pero no fue la causa de la muerte de Jesús. No era un asunto que se presentara en el juicio, pero fue una circunstancia importante que condujo a la aceleración del juicio. Además, el juicio ante Pilato estuvo, como señala Meyer, relacionado más bien con una acusación de carácter político; mientras que ante el Sanedrín, cabe añadir, se volvió más hacia una acusación de blasfemia.

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