verso 3, 4.Id por vuestros caminos; he aquí, yo os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino. Deben partir tal como son, débiles y completamente desprovistos. La primera característica de los mensajeros de Jesús es la confianza. Jesús, que les da su misión (ἐγώ es ciertamente auténtico), se encarga de defenderlos y de proveer a sus necesidades. ῾Υποδήματα, cambio de sandalias; esto se prueba con el verbo βαστάζειν, llevar una carga.

Es difícil comprender el objeto de las últimas palabras. ¿Tienen la intención de indicar prisa, como en 2 Reyes 4:29 ? Pero el viaje del mismo Jesús no tiene nada de apresurado. ¿Quiere Él prohibirles, como algunos han pensado, buscar el favor de los hombres? Pero las palabras por cierto serían superfluas. Jesús quiere decir más bien que deben viajar como hombres absortos en un interés supremo, que no les permitirá perder el tiempo en ceremonias ociosas.

Es bien sabido lo complicados y tediosos que son los saludos orientales. El hogar doméstico es el lugar donde deben entregar su mensaje. Allí reina una tranquilidad propia de un tema tan serio. Los siguientes versículos encajan fácilmente con esta idea.

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