La mujer estaba vestida con ropa de lujo de una manera llamativa. Su ropa se identifica aquí claramente con la bestia que monta (escarlata) y muestra cuánto gastará en su propio placer. (Oro, gemas y perlas) Uno esperaría un buen trago de una copa de oro, pero la de ella contiene cosas que el Señor odia, la inmundicia del pecado. Se dice que las rameras de ese día tenían sus nombres tatuados en la frente.

Ella es la madre de todos los espiritualmente infieles y de los pecados de la tierra. La descripción aquí nos recuerda la profecía de Jeremías con respecto a la antigua Babilonia ( Isaías 51:1-8 )

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Antiguo Testamento