Estas cosas os mando , &c. Dice estas cosas en plural para dar a entender que ciertamente había muchos preceptos particulares mandados por Él, pero que todos ellos estaban incluidos en el único precepto común y fácil del amor, de modo que si uno cumple aquél, cumple todos.

En segundo lugar, puedes explicar más simplemente con S. Crisóstomo si tomas la conjunción que significa el final. Entonces el significado será: Estas cosas que he dicho acerca de Mi amor, las he dicho con este único fin en vista, que tengáis amor mutuo entre vosotros, y que así soportéis todas las cosas por la salvación de los hombres. A esto pertenece la exposición de S. Agustín ( Tract.

87), "Porque os había dicho: Os he puesto para que vayáis y deis fruto , ahora dice: Estas cosas os mando , queriendo enseñar que el fruto que hemos de dar es el amor al prójimo". Y otra vez: "El fruto del Espíritu, dice el Apóstol, es la caridad. Sobre esto, por tanto, manda. Con razón habla muchas veces del amor, como si fuera lo único que se debe mandar, como aquello sin lo cual todo otras cosas buenas no pueden aprovechar, y que no podemos tener sin tener todas las otras cosas buenas por las cuales el hombre se hace bueno con ellas.

" Ver. 18. Si el mundo os aborrece , etc. ... primero me aborreció a mí . El griego es πζω̃τον ύμω̃ν , que se traduce mejor adverbialmente, es decir, el mundo me aborreció a mí antes que a vosotros. He pisado delante de vosotros este y os allané el camino del odio, para que vosotros, siguiéndome, caminéis gozosamente por el mismo camino, porque me entrego a vosotros no sólo como vuestro compañero en las persecuciones, sino también como vuestro abanderado, vuestro líder y vuestro guía. A la gente mundana Él llama al mundo. Por ellos Él quiere decir 1º, Los judíos. 2d. Gentiles adictos al espíritu del mundo, y por lo tanto enemigos de la doctrina y el espíritu de Cristo.

Cristo advierte a Sus Apóstoles contra el odio y las persecuciones inminentes de judíos y gentiles. Porque los dardos que se prevén son menos aptos para dar en el blanco. Así los vencerían noblemente, sí, los despreciarían, y se gloriarían en ellos como señales de Cristo. Es, como comenta Ribera, como si Él dijera: No os maravilléis ni os turbéis cuando el mundo os odie. Me odió antes que a ti. Alegraos porque sois partícipes Conmigo.

Este odio no os hará daño, como tampoco me ha hecho daño a Mí. El mundo os persigue porque no sois de él, es decir , porque no favorecéis sus obras, sino que os oponéis a ellas, como yo. Y cuando dice esto, deja que se entienda: Mas yo, sin embargo, os amaré, porque me pertenecéis, y sois mis elegidos, escogidos para condenar las obras del mundo. Mucho mayor será para ti el beneficio de Mi amor que el daño del odio del mundo.

Grande es, pues, este consuelo que los miembros obtienen de su Cabeza. Escuchen a San Cipriano ( lib . 4, Epist . 6), "El Hijo de Dios ha padecido para hacernos hijos de Dios. ¿Y el hijo del hombre no estará dispuesto a sufrir para perseverar en ser un hijo de Dios? Si sufrimos el odio del mundo, Cristo soportó este odio delante de nosotros. Si soportamos la vergüenza en este mundo, o el destierro, o la tortura, el Hacedor del mundo y su Amo experimentaron pruebas aún más dolorosas. Él es quien amonesta nosotros, diciendo: Si el mundo os aborrece, acordaos de que a mí me aborreció primero ".

Oíd, por último, a S. Bernardo ( Hom . 47, in Cant .), "Dos cosas sois para Mí, oh Señor Jesús, espejo de la paciencia y premio del sufrimiento. Eres modelo del guerrero y gloria del vencedor. Tú enseñas mis manos a la guerra con el ejemplo de tu propio valor. Tú coronas mi cabeza después de la victoria con la presencia de tu majestad".

versión 19. Si fuerais del mundo , etc. Cristo añade aquí otra razón, dice Crisóstomo, mostrando que es prueba de virtud ser odiado por el mundo, y de maldad ser amado por él. El significado es, si amáis las riquezas, los honores, los placeres, la lujuria, como ama el mundo, os amaría como a sí mismo. Pero como os ve amando las cosas que son contrarias a sus bajos deseos, y enseñando el desprecio por los placeres, honores y concupiscencias terrenales, por eso os odia. Porque el acuerdo en carácter y deseos es causa de amor, la disimilitud es causa de aversión y odio.

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