Καθὼς ἠγάπησε … ἐμῇ. El amor es el vínculo verdadero que da unidad al mundo moral e inspira el discipulado. Todo lo que Cristo experimenta es fruto del amor del Padre: todo lo que los discípulos están llamados a ser ya hacer es fruto del amor de Cristo. Este amor de Cristo debía ser retenido como posesión de ellos al conformarse a él: μείνατε ἐν τῇ ἀγάπῃ τῇ ἐμῇ, “permaneced en mi amor”, ya no “permaneced en mí”, sino específicamente “en mi amor”. Permanece en él, porque existe la posibilidad de que te apartes de su disfrute y posesión.

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Antiguo Testamento