Grande a los ojos del Señor : sólo a Quien corresponde determinar lo que es grande, lo que es ordinario y lo que es pequeño. Muchos, dice S. Teofilacto, son llamados grandes a los ojos de los hombres, que siendo pequeños, estiman grandes las cosas pequeñas; pero Juan era grande a los ojos del Señor, el cual, siendo grande, pesa cosas que son grandes.

Fue grande a causa de 1. de su santificación en el vientre de su madre; 2. la profundidad de su humildad; 3. su extraordinaria caridad; 4. su penitencia ejemplar; 5. su celo seráfico; 6. toda su vida, que fue tanto humana como angélica; 7. la sublimidad de su profecía; 8. su vida solitaria; 9. su oficio de precursor de Cristo; 10. su martirio más noble. Véanse los veintiocho privilegios atribuidos a Juan, que Baradius enumera aquí.

Y no beberá vino ni sidra. Bebida fuerte ( Sicera ) es todo lo que embriaga. Abstenerse del vino y de las bebidas fuertes era peculiar de los nazareos; y de este lugar parece que Juan fue uno durante toda su vida.

Y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre. Fue entonces cuando, a la entrada de la Santísima Virgen, saltó en el vientre de su madre y, en cuanto pudo, cumplió su oficio de precursor. Juan, por tanto, nació de nuevo del Espíritu antes de nacer de su madre.

¿Juan fue entonces verdaderamente limpiado del pecado original en el útero y justificado? S. Agustín ( Ep. 57) y S. Jerónimo ( en Jerem. i .) sostienen que no lo era; porque dicen que Juan y Jeremías se dice que ambos fueron santificados en el vientre no realmente, sino según la predestinación de Dios; porque fueron ordenados a la santidad futura de modo que lo mismo se dice aquí acerca de Juan que el Apóstol dice de sí mismo, Gal.

i., "Quien me separó desde el vientre de mi madre". La razón que da S. Agustín es, que nacer de nuevo supone nacer; pero Juan en el vientre aún no había nacido; por lo tanto, no pudo haber nacido de nuevo en realidad, sino solo según la predestinación de Dios.

Pero la opinión común de los Padres es contraria a esto (S. Atanasio, Cipriano, Ambrosio, Gregorio y otros) que yo apruebo Primero, porque el ángel aquí muy claramente promete "será lleno del Espíritu Santo aun desde su nacimiento". el vientre de la madre". En segundo lugar, porque a la salutación de la Santísima Virgen creyó en Cristo en el seno materno. Porque en aquel tiempo fue cuando fue visitado y saludado por la Santísima Virgen, al sexto mes de su concepción, que tuvo lugar esta admirable santificación.

Al argumento de S. Agustín respondo, que un hombre para que pueda nacer de nuevo puede considerarse como nacido cuando ha sido concebido en el vientre; pues así como nace en el pecado original, así también por la gracia puede nacer de nuevo e incluso bautizarse, como se desprende de la práctica de la Iglesia en ciertos casos.

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