Para que les testifique cuán gravemente estoy atormentado por mi indulgencia pecaminosa, y los exhorte al arrepentimiento y la enmienda, para que no vengan ellos también a este lugar de tormento.

Dirás que los condenados están completamente desesperados, odiando a Dios y al hombre, maldiciendo todo ya cada criatura, y sin tener buena voluntad para con nadie, ¿cómo podría haber deseado Dives que sus hermanos escaparan de los tormentos del infierno? Contesto

1. Los condenados no quieren causar ningún bien, es decir , ningún acto de virtud natural o sobrenatural, ni tienen poder para hacerlo por su desesperación y odio intenso a Dios y a todo bien, pero pueden desear algún bien natural, por ejemplo, para estar bien con sus padres o hermanos. Por esto San Crisóstomo, Ambrosio y Teofilacto, piensan que el rico, influenciado por los lazos de parentesco y por el afecto familiar, se preocupaba realmente por el bienestar de sus hermanos, pues la naturaleza sigue siendo la misma incluso en los condenados. La acción de Dives, por lo tanto, fue una de la naturaleza y no de la virtud, y tuvo en cuenta, no el bien real, sino solo el bien natural, como la acción de los animales en la alimentación de sus crías.

2. El rico se preocupaba más por sí mismo que por sus hermanos, porque consideraba suyo el mal de ellos, por cuanto su condenación aumentaría sus tormentos, porque él era la ocasión y la causa de sus malas vidas.

Así S. Gregorio, Lirano y otros, añade Cayetano, "Dives pidió esto por el orgullo que llena el corazón de los condenados, que si no en su propia persona, al menos en la persona de sus hermanos podría ser bendecido y exaltado."

Por eso dice S. Ambrosio: "Este rico demasiado tarde comienza a ser maestro, porque no tuvo tiempo para aprender ni para enseñar".

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