Y dijo a sus discípulos: Llegarán los días. Es decir, llegará el tiempo y ya está cerca, en que por mi fe y la predicación del evangelio sufriréis muchas adversidades, persecuciones y angustias; los errores y herejías, además, de los innovadores; y estar oprimido por los apuros del cuerpo y de la mente, y no saber qué consuelo o consejo tomar. Procuraréis, pues, verme y consultarme, aunque sólo sea una vez, pero en vano: porque después que haya subido al cielo, no apareceré más sobre la tierra.

Así, las cosas que ahora oís de Mí, debéis enseñarlas, y consolarlas, y dirigirlas, hasta que, en mi segunda venida a juicio, yo vuelva a vosotros, es decir, a vuestros sucesores. Así habló para advertirles que sólo podrían llegar al reino de gloria a través de las tribulaciones, para que no desfallezcan de corazón ni caigan de la fe. Así Teofilacto, Eutimio, Tito, Beda y otros.

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