Y les dijo: ¿Qué cosas? Cristo los constriñe a abrir su dolor ya confesar sus dudas en cuanto a su resurrección.

Y ellos le dijeron acerca de Jesús de Nazaret. Lo reconocen, dice Beda, como un gran profeta, pero no hablan de Él como el Hijo de Dios, ya sea porque su fe era imperfecta, o porque temían caer en manos de los perseguidores judíos. Porque no sabían con quién estaban hablando y por eso ocultaron lo que creían que era verdad. Porque dicen (versículo 21) que confiaban en que había sido él, como Mesías e Hijo de Dios, el que había de redimir a Israel.

Poderoso en hechos y en custodia. Así debe ser todo cristiano, especialmente los que se han consagrado a la vida religiosa, o han sido llamados a algún oficio en la Iglesia. Lo que predican deben realizarlo y enseñarlo primero con el ejemplo y luego con la palabra.

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