¿Quién de vosotros , etc. Esto es para anticipar una objeción de los judíos. Porque podrían decir: "No te creemos, porque violas nuestra ley al sanar a los enfermos en el día de reposo". Presenten cualquier otra acusación contra Mí, y Me someteré a su incredulidad. Mi curación en sábado no fue una violación, sino una santificación del sábado. Dejo cualquier otro cargo para que lo decidan ustedes, que son mis enemigos jurados.

Cristo confiaba tanto en su inocencia que nadie podía acusarle de algo que tuviera la más mínima semejanza con el pecado. Porque él mismo era sin pecado, tanto por la visión beatífica de que gozaba, como los bienaventurados del cielo son incapaces de pecar por la misma razón (porque viendo a Dios como sumo bien, le aman necesariamente con todas sus fuerzas, y odia lo que le desagrada) y también de la unión hipostática con el Verbo.

Porque debido a que Su humanidad existió en la Persona de la Palabra, la Palabra mantuvo Su humanidad libre de todo pecado y en perfecta santidad. Porque si la humanidad de Cristo hubiera pecado, la Persona del Verbo habría pecado; lo cual es imposible Porque las acciones virtuosas o viciosas se refieren a las personas y se les atribuyen. Por eso San Ambrosio (sobre el Salmo xl. 13) introduce a Dios Padre dirigiéndose así a Cristo: "Tú te relacionaste con los pecadores, tomaste sobre ti los pecados de todos, te hiciste pecado por todos, pero no practicaste el pecado podía alcanzarte. Habitaste entre los hombres como entre los ángeles, hiciste la tierra como el cielo, para que también allí quitaras el pecado".

Si digo la verdad , &c. Aquí descarta otra objeción de los judíos. Porque podrían haber dicho: No te creemos, no por algún pecado que hayas cometido, sino porque las cosas que dices y enseñas no son verdaderas". Cristo responde a la objeción diciendo: "Os he probado mi doctrina tantos argumentos y milagros, que ninguna persona prudente que no esté cegada por el odio podría cuestionar su perfecta verdad. Entonces, si mi vida es la más inocente y mi doctrina la más verdadera, ¿por qué no me creéis?" Recibid entonces la verdad no como una mera afirmación, sino como demostrada por la razón.

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