Y viendo esto sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo y los consuma, como hizo Elías ? Se muestran en verdad como Boanerges, o hijos del trueno, pues con exceso de celo destruirían a estos samaritanos, por su falta de hospitalidad y negativa a recibir a Cristo. Se acordaron de cómo Elías había destruido a los que había enviado Ocozías para apresarle (2 Reyes 1:10), y supieron que Jesús era más poderoso que aquel profeta; y si fue enviado fuego del cielo para proteger a Elías de cualquier daño, y para consumir a los judíos que habían venido a prenderlo, cuánto más merecían el castigo estos samaritanos, que se habían negado a recibir al Hijo de Dios.

¿Quieres que ordenemos? Pues como continúa diciendo S. Jerorne ( Epist. 151), "El mandato de los Apóstoles no puede efectuar nada, sino con el permiso y la voluntad de Dios". Buscan, pues, de Cristo, como de un juez, la justicia y el castigo de los impíos, según sus merecimientos.

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