Y el mensajero le habló ... - Parece haber habido una noción generalizada entre los irreligiosos y los semirreligiosos del mundo antiguo, que sus profetas no eran las meras boquillas del dios, sino que eran personas que tenían poder con el dios y podían obligarlo, o al menos inducirlo, a que hiciera su voluntad (compárese Números 24:1; Isaías 30:1). Vieron que se cumplió la palabra del profeta; no entendieron que si falsificaba su mensaje, el logro ya no seguiría.

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