Josafat estaba insatisfecho. Estos hombres, criaturas de Acab, contaminados con la adoración de los terneros, si no con la adoración de Baal, habían prometido la victoria, pero no en el nombre de Yahweh. Josafat, por lo tanto, preguntó: "¿No hay aquí un verdadero profeta de Jehová además de estos 400 profetas profesos?"

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