Algunos han objetado que este mandato no puede haber sido llevado a cabo jamás, en todo caso hasta más tarde (establece que el territorio que debía obedecer a él se redujo al pequeño reino de Judá. Pero en estos y en otros preceptos, Moisés sin duda da mucho por sentado). Él está aquí, como en otros lugares, regulando y definiendo con mayor precisión instituciones que habían existido durante mucho tiempo, en cuanto a muchos detalles de los cuales la costumbre superó la necesidad de una promulgación específica.

Sin duda el pueblo entendió bien lo que Maimónides nos dice expresamente con referencia al asunto, a saber, que donde no se podía hacer el pago inmediato, la deuda con Dios debía reservarse hasta la próxima gran Fiesta, y luego ser debidamente pagada. Lo que había que observar especialmente era que no se debía ofrecer ningún tipo de sacrificio excepto en el lugar sagrado fijado por Dios para su aceptación.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad