Los judíos se enorgullecían de estar bajo la protección especial de Yahweh. En la caída de sus vecinos, solo encontraron motivos adicionales para confiar en su propia seguridad. Ezequiel ahora en severa reprensión los coloca en igualdad con Sodoma y Samaria. Igual han sido sus pecados, excepto que Judá ha tenido la preeminencia en la culpa. Igual será su castigo.

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