Para el alcance general y el diseño de este capítulo, consulte las observaciones al comienzo de Isaías 24 y Isaías 25:1. Es una canción de alabanza que los judíos deben cantar cuando regresan a su propia tierra y en el restablecimiento del gobierno de Dios con las ordenanzas de adoración en el Monte Sión. Era habitual, como ya se ha señalado, celebrar cualquier gran evento con una canción de alabanza, y el profeta supone que los judíos recuperados estarían dispuestos a celebrar la bondad de Yahweh para restaurarlos nuevamente en su propia tierra, y para los privilegios de su propio servicio en el templo. Hay algunas indicaciones de que esto fue diseñado para cantarse con un coro y con respuestas alternativas, como lo fueron muchos de los Salmos. La oda se abre con una vista de Jerusalén como una ciudad fuerte, en la que podrían encontrar protección bajo la tutela de Dios Isaías 26:1. Luego hay una respuesta, o un llamado, que las puertas de la ciudad fuerte deben estar abiertas para recibir a la nación que regresa Isaías 26:2.

Esto es seguido por una declaración de la seguridad de confiar en Yahweh, y un llamado a todos a confiar en él Isaías 26:3. La razón de esto se afirma Isaías 26:5, que Yahweh humilló a los orgullosos y protegió los caminos de los justos. La confianza de los judíos en Yahvé se describe a continuación Isaías 26:3, Isaías 26:9; y esto es seguido por una declaración Isaías 26:10 que los impíos no reconocerían la mano de Dios; y por una afirmación de que toda su liberación había sido realizada por Dios Isaías 26:12. Esto es sucedido por un reconocimiento de que se habían sometido a otros señores que Yahweh; pero que ahora se someterían a él solo Isaías 26:13. La declaración tiene éxito en que Dios había ampliado su nación Isaías 26:15; y esto es seguido por una descripción de sus calamidades y sus esfuerzos abortivos para salvarse a sí mismos Isaías 26:16. Muchos habían muerto en su cautiverio, pero ahora existe la seguridad de que deberían vivir de nuevo Isaías 26:19; y un llamado general al pueblo de Dios a entrar en sus aposentos, y esconderse allí hasta que la indignación sea superada Isaías 26:2, con la seguridad de que Yahweh saldrá para castigar a los opresores por su iniquidad Isaías 26:21. Con esta seguridad se cierra el poema.

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