Más bien, haga una proclamación "en Judá y en Jerusalén", pídales que escuchen, "y digan, toquen la trompeta" en "la tierra": "griten en voz alta" y digan, etc. La profecía comienza con una fuerte alarma de guerra. El verso expone bien, en sus numerosos mandamientos, la emoción y la confusión de ese tiempo.

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