El arca, que desde que se hizo el pacto era el santuario especial y el asiento de la presencia de Dios, iba delante para mostrar al pueblo que Dios, por medio de ella, era su líder. Debían seguirlos a distancia para poder observar y notar mejor cómo se realizó el milagro. Esto lo harían con la mayor ventaja mientras bajaban de las alturas, el arca avanzaba delante de ellos hacia el barranco.

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