Es decir: “He aquí, en este mismo día, en el que hemos hecho nuestra parte ofreciendo sacrificios por el pecado y holocaustos al Señor, me ha sobrevenido esta gran calamidad. ¿Podría haber sido del agrado del Señor si aquellos que han sido tan humillados como yo y mis hijos lo hemos sido por el pecado de nuestras relaciones y el juicio divino, se hubieran deleitado con la carne santísima de la ofrenda por el pecado?

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