A Belén - La ciudad de David, donde el ángel les había dicho que encontrarían al Salvador. Estos pastores parecen haber sido personas piadosas. Estaban esperando la venida del Mesías. Al primer indicio de que había aparecido, fueron a toda prisa a buscarlo. Entonces, todas las personas deben buscar sin demora al Salvador. Cuando los siervos de Dios les hablaron de él, deberían, como estos pastores, abandonar todo y no dar descanso a sus ojos hasta que lo hayan encontrado. Podemos "siempre" encontrarlo. No necesitamos viajar a Belén. Solo tenemos que mirar al cielo; mirarlo y creer en él, y lo encontraremos siempre cerca de nosotros, y para siempre nuestro Salvador y amigo.

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