No moriré, sino que viviré - Evidentemente, el salmista había aprehendido que moriría; o, había sentido que estaba en peligro inminente de morir. En este lenguaje, parece, como en Salmo 118:13, volver a las escenas mencionadas en el salmo. Los vive de nuevo. Describe los sentimientos que tenía entonces. Vio que estaba en peligro. Sus enemigos lo rodeaban y buscaban su vida. Pero tenía la seguridad de que no saldrían victoriosos; que no lograrían su objetivo; que estaría protegido; que viviría para declarar lo que Dios había hecho por él. Él no dice cómo tuvo esta garantía, pero no es incorrecto suponer que la tenía, como lo hizo Ezequías en circunstancias similares (ver Isaías 38:5, Isaías 38:21), por Una intimidad divina directa. Cosas como esta no son infrecuentes ahora, cuando, en peligro o enfermedad, la mente está fuertemente impresionada con la creencia de que habrá una restauración de la salud y la seguridad, y cuando la mente se vuelve tranquila y pacífica por esa creencia, la misma la calma de la mente bajo tal creencia contribuye no poco a ese resultado. ¿Por qué deberíamos dudar en creer que tal fe y esperanza pueden venir del Señor? Compare Hechos 27:22.

Y declara las obras del Señor - Declara lo que ha hecho.

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