Guíame, oh Señor, en tu justicia - Es decir, conduceme con seguridad en la manifestación de los principios de justicia o rectitud que pertenecen a tu naturaleza. David se sintió seguro de que la suya era una causa justa, y de que podría hacer un llamamiento a Dios sobre la base de la justicia de esa causa. Tal motivo de apelación siempre es apropiado cuando estamos en peligro o en problemas por la injusticia de otros, ya que siempre podemos pedirle a Dios que interponga y haga que se haga lo correcto.

Debido a mis enemigos - A causa de mis enemigos, o con respecto a ellos; es decir, que no triunfen, pero que yo pueda ser vindicado y pueda ser liberado de ellos.

Dirígete directamente hacia mi cara - La forma en que me harías caminar. Es decir, marca o deja en claro ante mí el camino que debo recorrer: el camino en el que me librarás. Estaba perplejo y no sabía qué camino tomar, y mira a Dios en busca de orientación y dirección.

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