Dale al rey - Suponiendo que el salmo haya sido compuesto por David en vista de la inauguración de su hijo y sucesor, esta es una oración que Dios le otorgaría las calificaciones que tenderían a asegurar un reinado justo, prolongado y pacífico. Aunque debe admitirse que el salmo fue diseñado para referirse en última instancia al Mesías, y para ser descriptivo de "su" reinado, sin embargo, no es incorrecto suponer que el salmista creía que el reinado de Salomón sería, en cierto sentido emblemático de ese reinado, y que era su deseo, el reinado de un "poder", en la medida de lo posible, se parecía al del otro. No hay improbabilidad, por lo tanto, al suponer que la mente del salmista podría haberse dirigido a ambos en la composición del salmo, y que mientras usaba el lenguaje de la oración para el primero, su ojo se dirigía principalmente a las características de el otro.

Tus juicios - Conocimiento; autoridad; capacidad de ejecutar tus juicios o tus leyes. Es decir, habla del rey designado para administrar justicia; para mantener las leyes de Dios y ejercer el poder judicial. Una de las ideas principales en el carácter de un rey es que él es la fuente de la justicia; el hacedor de las leyes; el dispensador de derecho a todos sus sujetos. Los oficiales de la ley administran justicia "debajo" de él; El último recurso es para él.

Y tu justicia - Es decir, vístelo, en la administración de justicia, con una justicia como la tuya. Que se vea que él representa "a ti"; que su gobierno puede ser considerado como tu propia administración a través de él.

Al hijo del rey - No solo a él, sino a su sucesor; es decir, que se perpetúe la administración de justicia en el gobierno. No es improbable suponer que en esto el salmista puede haber diseñado también para referirse al último y más grande de sus sucesores en la línea: el Mesías.

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