Porque sabemos que toda la creación gime y sufre dolores de parto a una hasta ahora. [Y así espera la creación; porque en y por razón de la caída del hombre, quedó sujeto a la fragilidad; es decir, también cayó de su diseño y propósito original, y se volvió abortiva, diminuta, imperfecta y sujeta a una descomposición prematura. Y esto no lo hizo por su propia voluntad, sino porque la voluntad de Dios mandó que se alterara así ( Génesis 3:17-18 ); no dejándola, sin embargo, sin la esperanza de que también ella participe en la redención de los hijos de Dios hasta el punto de ser no sólo liberada de la servidumbre de ser corruptible, a la que Dios la sometió, sino también para ser transferida a la libertad que resulta o acompaña a la revelación o glorificación de los hijos de Dios.

Y esta espera esperanzada es evidente, pues los cristianos sabemos que Dios se propone hacer nuevas todas las cosas ( 2 Pedro 3:13 ; Apocalipsis 21:1 ; Apocalipsis 21:5 ), y también que toda la creación comparte tanto el deterioro y la degradación del hombre que con él gime, y tiene como dolores de parto, hasta esta hora. La figura del parto es apropiada, ya que la naturaleza desea reproducirse en una forma nueva, fresca y mejor, correspondiente a la que tenía antes de la caída del hombre.]

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