Mateo 11:19

Mateo 11:19 . El Hijo del hombre. Particularmente apropiado aquí, donde nuestro Señor habla de Sí mismo, apareciendo en Su exaltada misión, comiendo y bebiendo, como todos los demás hombres; yendo a lugares de fiesta, como las bodas de Caná, la fiesta en casa de Leví, identificándose con los hombres en su vida ordinaria.

Mirad. Los que clamaban contra la austeridad objetaban también a un maestro de justicia, que se revestía completamente de humano en la vida social.

Un bebedor de vino. Nuestro Señor usó vino, como lo hicieron los que le rodeaban. No había nada singular en Sus hábitos sociales como Hijo del hombre. Pero la generación que había denunciado el ascetismo en Juan, de inmediato magnificó esto hasta convertirlo en un crimen.

Amigo de publicanos y pecadores. La gente completamente mundana busca eludir las afirmaciones de la verdad espiritual atacando a sus maestros, con petulancia infantil, con acusaciones tan contradictorias, extendiendo sus críticas a la vestimenta, la comida, la expresión del semblante, el corte de la barba y la raya del cabello. Se ha desperdiciado mucho tiempo tratando de satisfacer a aquellos 'sentados en los mercados' y jugando allí. Aquellos que odian la verdad odiarán a sus representantes y nunca comprenderán sus principios, ni estarán satisfechos con su práctica. Para nuestro propio Maestro nos mantenemos firmes o caemos.

Y, o, 'y sin embargo', en oposición a esta conducta infantil, la Sabiduría, la sabiduría de Dios, personificada aquí como en el Libro de los Proverbios, fue justificada; no 'es', ni 'será'.

Por, o 'de', sus obras. La lectura común aquí está tomada de Lucas 7:35 : 'por todos sus hijos'. El sentido general es el mismo; aquí la referencia es a las acciones de estos hijos de sabiduría. Los juicios del mundo son infantiles, los de los hijos de la sabiduría son infantiles, en humildad y fe, y sus 'obras' corresponden.

El resultado en su caso ha justificado la sabiduría del método de Dios. Algunos, sin embargo, refieren la cláusula a los judíos, ya sea con solemne ironía (afirmando tener sabiduría, sus obras deberían justificarla), o dando a entender que sus juicios contradictorios se refutan entre sí y así confirman la 'sabiduría'.