El hecho de que Pablo sintiera su necesidad de las oraciones de los cristianos vivos, y con frecuencia las pidiera, pero nunca las oraciones de los muertos o de la Virgen María, muestra de manera concluyente que no es correcto rezarles. Ningún hombre inspirado lo hizo jamás, y nadie que entienda correctamente y obedezca las Escrituras lo hará jamás.

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Antiguo Testamento