Un conocimiento completo de las declaraciones de la Escritura es una gran salvaguardia contra las seducciones del error, y uno de los principales medios de preservación del pecado. Es aquella por la cual el Espíritu Santo, que mora en los creyentes, opera iluminando sus mentes y purificando sus corazones; guiándolos en el deber, protegiéndolos del peligro, manteniéndolos en el temor y amor de Dios, en la espera paciente de Jesucristo, y en la preparación habitual para su venida y reino.

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Antiguo Testamento