Su suerte fue el templo del Señor ; más literalmente, fue elegido por sorteo para quemar incienso yendo al templo del Señor; es decir, entrar en el templo del Señor para quemar incienso. El oficio de quemar incienso era estimado como el más honorable de todos. Se asignaba por sorteo para cada día entre los sacerdotes del curso, y ninguna persona podía realizarla más de una vez.

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Antiguo Testamento