Era su suerte. Los sacerdotes sortearon las distintas funciones que se realizarían en la misma semana; Y ahora le tocó a Zacarías por suerte quemar u ofrecer incienso, mañana y tarde, en la parte del templo llamada el Santo, donde estaba el altar del incienso. Zacarías estaba en esta parte del tabernáculo. (Witham) --- Ver Éxodo xxx. 6, 8.

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