El cual había ideado de su propio corazón por su propia voluntad y placer, en contra de la ordenanza expresa de Dios. Y ordenó una fiesta para ser observada, es probable, todos los años en Bet-el, así como en Dan, como la fiesta de los tabernáculos era en Jerusalén, como la cual también duraba muchos días. Y ofreció sobre el altar y quemó incienso, cumpliendo así la parte más alta del oficio del sacerdote.

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