El rey dijo: Ruega ahora al Señor tu Dios, de aquel que se ha manifestado como tu Dios y amigo de una manera singular; y por tanto, oirá tus oraciones por mí, aunque no hará caso de las mías, porque lo he abandonado a él y a su adoración. El hombre de Dios suplicó al Señor. Esto lo hizo para asegurarle a Jeroboam que lo que había dicho no era por mala voluntad hacia él, y que deseaba de todo corazón su reforma, no su ruina. Y la mano del rey fue restauradaDios le mostró esta misericordia, 1 °, porque se arrepintió de la violencia intencionada contra el profeta, por la cual se le secó la mano: 2d, para asegurarle que el golpe era de Dios; y, 3 °, que esta bondad de Dios para él podría llevarlo al arrepentimiento, o si continuaba impenitente, podría dejarlo sin excusa.

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