Que me den un lugar.Este fue un pedido prudente de David, quien por medio de la presente tenía la intención de preservar a su pueblo, tanto de los vicios a los que la conversación con los filisteos los habría expuesto, como de esa envidia y malicia que una religión diferente, y su aparecer como un príncipe con tantos hombres bajo su mando, podría haber causado. Porque en una ciudad privada podría adorar más libremente al Dios verdadero y usar los ritos de su propia religión sin ofender a los filisteos, quienes adoraban a otros dioses y podían, con menos aviso e interrupción, ejercer su autoridad sobre sus soldados, y también hacer incursiones más convenientemente contra los enemigos de Israel. ¿Por qué ha de habitar tu siervo en la ciudad real? Lo cual es un honor demasiado grande para mí, demasiado gravoso para ti y puede ser motivo de escándalo para tu pueblo.

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