Las vacas tomaron el camino recto hacia Bet-shemesh. Aunque no tenían chofer, ni director visible, y tenían atractivos tan fuertes para atraerlos, y había tantas otras formas en las que podrían haber ido. Mujidos mientras iban tras sus becerros, que les habían sido quitados; y por la presente evidenciando a la vez su inclinación natural y vehemente a sus terneros, y el poder sobrenatural que los desvió a un curso contrario. Los señores fueron para evitar toda impostura y para asegurarse de la veracidad del suceso. Todas estas circunstancias tendieron a una mayor ilustración de la gloria de Dios.

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