También en Efraín y Manasés Aunque estas tribus eran parte del reino de Oseas, sin embargo, Ezequías podría dirigir esta abolición de la idolatría en ellas, ya sea en virtud de la ley de Dios, a la que tanto Israel como Judá debían someterse, y que ordenó la extirpación de estas cosas, de toda la tierra de Canaán; o por el impulso y la dirección especiales del Espíritu de Dios, que pone a los hombres en acciones heroicas y extraordinarias, aunque no para ser imitados; o por la firme convicción de que su vecino Oseas, que había permitido que sus súbditos regresaran a la Pascua, consentiría y aprobaría lo que él hiciera a este respecto.

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