Absalón habló , etc. Aunque odiaba a Amnón en su corazón, nunca expresó el menor resentimiento, ni le dijo nada en absoluto sobre ese asunto. No lo debatió con él ni lo amenazó por ello, pero parecía dispuesto a pasarlo por alto con afecto fraternal. No es que se abstuviera de hablar con él sobre cualquier tema que hubiera despertado celos en su mente y también en la de David. Pero por el método que siguió Absalón, Amnón se quedó dormido, convencido de que no le causaría problemas por lo que había hecho.

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