El Señor no hará nada, pero se revela , etc. Como si él hubiera dicho: No puedes quejarte de no haber sido advertido de estas calamidades que vendrán sobre ti, porque Dios no ha hecho, ni hará nada, sin revelárselo a sus profetas, y por ellos a ti; de modo que ahora tienes la advertencia de todo lo que se propone hacer, a menos que lo evites mediante una alteración en tu comportamiento. Se puede observar más adelante en este versículo, que no hubo gran revolución en los asuntos, ni de los reinos de Judá e Israel, ni en los de las naciones vecinas, que los profetas de Dios no predijeron; para que los judíos pudieran recordar constantemente a su Dios, ya sea como recompensador o castigador.

El león rugió, ¿quién no temerá? Como cuando un león ruge, nadie que oye puede evitar temer, así ahora, habiendo Dios amenazado, todos los que se familiarizan con las amenazas deben alarmarse y quedar asombrados. El Señor Dios ha hablado, ¿quién sino profetizar? Cuando Dios mismo habla o manda, ¿quién se atreverá a hacer otra cosa que obedecer? o, ¿qué profeta tendrá el valor de negarse o abstenerse de pronunciar lo que Dios le revela y le ordena que diga? porque si es de temer la ira de un león, ¿cuánto más la ira de Dios?

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