Los caldeos respondieron: No hay hombre en la tierra que pueda mostrar el asunto del rey. Aquí los sabios se ven impulsados ​​a reconocer su incapacidad, y su excusa es que, en verdad, podrían decir lo que significan los sueños, si los sueños se les contaran; pero en cuanto a contar lo que una persona había soñado, estaba por encima del poder de cualquier arte o conocimiento excepto el de los dioses, que sabían todas las cosas.

Pero este razonamiento era débil y mostraba que la acusación del rey era justa, es decir, que habían preparado palabras mentirosas y corruptas para hablar ante él; o que su oficio y habilidad consistían únicamente en inventar o colocar las interpretaciones de los sueños que consideraran adecuadas, sin tener ningún conocimiento real en absoluto de las cosas futuras.

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