A quien el Señor tu Dios escoja, apruebe o designe. Así fue en Saúl y David. Dios se reservó el nombramiento tanto de la familia como de la persona. Tus hermanos De la misma nación y religión; porque era más probable que tal persona mantuviera la religión verdadera y gobernara con rectitud, mansedumbre y bondad a sus súbditos; y que pudiera ser un tipo adecuado de Cristo, su rey supremo, que sería uno de sus hermanos.

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