La paz sea con los hermanos. Es decir, toda prosperidad en los asuntos temporales y espirituales; y amor a Dios, unos a otros, ya todos los santos, que surge del amor de Dios hacia ustedes; con fe en Dios, en Cristo y su evangelio, acompañado de todas las demás gracias; de Dios el Padre La fuente original de todas nuestras bendiciones; y el Señor Jesucristo, a través de cuya mediación nos son comunicados.

Gracia El favor inmerecido de Dios, y las influencias de su Espíritu, que son su efecto; estar con todos los que aman a nuestro Señor Jesús con sinceridad Εν αφθαρσια, literalmente, en incorrupción: es decir, sin mezcla alguna de afectos corruptos, o sin decadencia; que continúan amándolo hasta que la gracia termine en gloria.

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