Dios te tenga misericordia, hijo mío. Así lo llama, no por un cariño especial, que aún no tenía la intención de descubrir; sino porque es un apelativo cortés, por el cual los superiores solían saludar a los inferiores. El favor de José, aunque era el señor de la tierra , no le haría ningún bien a Benjamín, a menos que Dios tuviera misericordia de él. Sus entrañas anhelaban Su corazón y sus entrañas se conmovían con vehemencia, como suele ocurrir en ocasiones de excesiva pasión de amor, piedad, dolor o gozo.

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