¿Por qué me persigues como Dios? Como si tuvieras el mismo conocimiento infinito que tiene Dios, mediante el cual podrías escudriñar mi corazón y conocer mi hipocresía, y la misma autoridad soberana, para decir y hacer lo que quieras conmigo. Y no se sacian de mi carne , es decir, de la consumición y del tormento de todo mi cuerpo, sino que añádele la aflicción de mi espíritu, con graves censuras y reproches, y son como lobos y leones, que no se contentan con devorar el carne de sus presas, pero también romper sus huesos.

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