¿Cómo, pues, consolarme en vano? Observa, entonces, cuán mal desempeñas el oficio de consoladores, cuyos argumentos tienen tan poca verdad en ellos. O, ¿por qué buscas consolarme con vanas esperanzas de recobrar mi prosperidad si me arrepiento, viendo que tus motivos son manifiestamente falsos y la experiencia común muestra lo que también todo el mundo puede decirte, que los hombres buenos muy a menudo están en gran tribulación, mientras que los hombres más viles prosperan y prosperan en el mundo.

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