¿Cómo, pues, consolarme en vano, viendo que en vuestras respuestas queda falsedad?

Ver. 34. ¿Cómo, pues, consuélame en vano? ] Ya que nada me aplicas correctamente, ni me afirmas nada correctamente, sino que, en lugar de consolarme, a lo que has venido, me molestas. Y tales son todas esas consolatiunculae, creaturulae (como Lutero lo expresa finamente), pequeñas comodidades de criatura, negocios lúgubres y vacíos; una sustancia insustancial, como se dice de la espadaña.

¿Viendo que en tus respuestas queda la falsedad? ] O prevaricación, o doble trato; errores viles, y poco menos que malicia.

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