Que esa noche sea solitaria, indigente de toda la sociedad de hombres, reuniéndose y festejando juntos. Que no ofrezca entretenimiento ni placer de ningún tipo; que no se escuche en él ninguna voz gozosa , ni música, ni armonía de sonido, ni se admita ninguna voz alegre o agradable. Que no se intenten expresiones de gozo ni una sola vez, por muy atractivas y conmovedoras que puedan ser.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad