No me escuchas, es decir, para responderme o ayudarme. Me levanto a saber, delante de ti: ruego importuna y continuamente, como tú lo requieres; y no me respetas. A pesar de todos mis dolores y llantos, no me compadeces ni me ayudas, sino que pareces disfrutar contemplando mis calamidades, como implican las siguientes palabras; Te has vuelto cruel conmigo En hebreo, תהפךְ, tehapheck, te has vuelto cruel , como si hubieras cambiado tu misma naturaleza; que es bondadoso, misericordioso y misericordioso; y tal tú has estado antes en tu carruaje hacia mí; pero ahora te has vuelto severo, riguroso e inexorable. Te opones contra mí Tu poder, con el que esperaba que me habrías apoyado en mis angustias, lo usas contra mí.

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