Estaban confundidos. Es decir, las tropas y compañías estaban miserablemente decepcionadas; porque esperaban Consolarse con la expectativa del agua allí para saciar su sed; vinieron y se avergonzaron de pensar que debían esperar alivio de corrientes tan inciertas, y se habían engañado a sí mismos ya los demás. Así nos preparamos confusión con nuestras vanas esperanzas: las cañas se rompen debajo de nosotros porque nos apoyamos en ellas.

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